Tarde de transistores. Cuando el personal se acercaba al Bernabéu, vi a muchos con el móvil escuchando El Carrusel para saber lo que iba pasando en el Getafe-Atlético del Coliseum. Los vecinos de San Blas estaban de teloneros y gracias a ese Getafe que jamás se rinde y al gran trabajo táctico de José Bordalás se consumó el nuevo patinazo de la tropa del Cholo en el sur de la capital. En sus tiempos decíamos que era tarde de transistores. Pese a las nuevas tecnologías, siempre prevalece ese Carrusel que nos transmite tantas emociones. Había que aprovechar el resbalón de nuestros rivales del euroderbi y convenía no hacer más concesiones. Por eso, el estadio se llenó con 74.000 fieles y por eso el Madrid hizo una muy buena primera parte, con dos golazos de museo (sobre todo el de Vinicius) ante un Rayo que siempre sale a jugar al ataque y con valentía. Jugaban los ‘5 Fantásticos’ de salida (yo incluyo a Modric en ese lote VIP) y Vini se mostraba on fire, con la complicidad inicial de Kylian. Nada aventuraba una tarde complicada ni un final tristón y con pitada del personal, como vimos en el precinto de un derbi que no pasará a la historia. Pero lo importante era facturar tres puntos de oro y eso hizo el vigente campeón, que se acuesta dejando atrás a los rojiblancos e igualado con el Barça, aunque el líder vaya con un partido menos por el triste fallecimiento del doctor Carles Miñarro. Descanse en Paz.
Dos obras de arte. En un partido que no anduvo sobrado de grandes fotografías me quedo con los golazos de los dos tenores por excelencia de este equipo: Mbappé y Vinicius. El francés facturó primero tras una buena conexión con el brasileño, definiendo con un buen recorte y un tiro cruzado espléndido. El gol 29 de un Mbappé que parece liberado de sus problemas molares, aunque sigue sin estar en su prime, el que mostró a lo grande en la noche mágica del City. Pero lo mejor estaba por llegar con Vinicius. Su gol fue para enmarcar en el Museo del Prado. Hizo dos incursiones al área en la misma acción y fue sorteando rivales hasta batir a Batalla, un porterazo de altura. Un gol muy de Vini, muy reivindicativo en esa pelea sana de gallos con Mbappé por ver quién es el auténtico héroe de este equipo. De esa pugna, siempre que sea pensando en el grupo, saldrá ganando el Real Madrid. Y Ancelotti lo sabe de sobra…
El penalti a Vini. En el primer minuto pisó claramente Lejeune a Vinicius una vez había concluido la jugada. Un penalti de esos que llaman residual. Yo no lo hubiera pitado y así fue. Pero el de Tchouameni a Samu Lino y el de Camavinga a Budimir en Pamplona nos costaron cuatro puntos. ¿Por qué esos días llamó el VAR y esta vez no? Me guardo la respuesta, pero todos ustedes saben de sobra lo que hay.
Modric, candidato. Pensando en la ‘final’ europea del miércoles he visto al croata en perfecto estado de revista. Dio una asistencia mágica a Vini que no acabó en gol por un remate defectuoso del carioca. Pero entre lo bien que está Tchouameni y lo que ofrece el croata, yo le daba la titularidad en un partido en el que nos jugamos media temporada. O incluso más…
Asalto al Metropolitano. La segunda parte, sosa e intrascendente, dejó al Bernabéu narcotizado, primero, y molesto, después. Pero se consumó el objetivo de ganar para ir con más fuerza anímica al Wanda, o como se llame ahora (con tanto cambio de patrocinador me pierdo). Me transmiten su optimismo los vikingos llegados hasta el Bernabéu de la Peña Madridista Nicaragüense, sin olvidar a mi amigo Capri, de Reales de Hellín (ya recuperado de sus problemas de salud) y los entusiastas peñistas de Jódar (Jaén). Por esta gente hay que darlo todo.